Algunos perredistas como el (la) licenci@d@ “Zalazr” llaman a votar por sus candidatos exigiendo “coherencia”, pensando quizás que si estás con Alejandro Encinas debes ir con Lucas Lizárraga y si estás con Jesús Ortega irías con Arias Suárez, pero esa geometría está rota, pues, siendo de Nueva Izquierda (Orteguista) López Duarte está con Lucas y, apoyando a “La poya” Ramírez Cuellar el diputado Juan Figueroa va con Lucas también. Armando González está con Ríos Rojo y ambos van con Encinas (críticamente), pero Feliciano Castro que está con ellos, no pinta claro en eso. Magaly Reyes de Regeneración decidió declinar por Arias estando con Encinas y Javier Corvera va con Encinas, pero está solo. Esto resulta un picadillo que los detractores del PRD verán como un desastre que por ahora es inexistente.
La variedad, si no degenera en conflicto, solo es evidencia de que no se puede dividir simplistamente al PRD en buenos y malos, como a los estadounidenses, según dicen los aspirantes presidenciales en puja, no se les puede dividir en “rojos” y “azules” (demócratas y republicanos).
Los proyectos políticos de los candidatos a la presidencia nacional son parámetros importantes para decidir el voto y calificar las fórmulas, pues mientras Encinas se ubica más claramente en la estrategia postelectoral de AMLO después del 2006, la corriente de Jesús Ortega, ha introducido modalidades moderadas en los hechos y con matices más intensos en algunas de sus variables como la de René Arce. Sin embargo, tales matices no deben exagerarse, pues hasta antes de que Porfirio Muñoz Ledo tomara la presidencia del Frente Amplio Progresista, Jesús Ortega lo encabezado. Donde las diferencias parecen más claras es en el Congreso de la Unión, donde AMLO habría privilegiado la movilización contra el juego parlamentario, pero en este plano las posiciones son COMPLEMENTARIAS en fin de cuentas, mientras no se renuncie a participar en el Congreso y si los congresistas no pierden de vista que solo en los hechos se puede valorar la eficacia del juego legislativo, sobre todo el relacionado con la reforma electoral y del Estado, que solo podrá comprobarse en las elecciones del 2012.
Si la estrategia nacional es parámetro para definir la “congruencia” local, la dificultad no termina, pues desde el periodo postelectoral 2006, la mayoría en los órganos directivos del PRD aprobó una línea diferente a los acuerdos de la Convención Democrática, hasta el punto en que la actividad para concretarlos en Sinaloa ha sido nula. Incluso el debate sobre si el fraude o los errores definieron el resultado del 2006, se inclinó por lo segundo.
Las candidaturas nacionales no transforman pues automáticamente esos antecedentes, por lo que la base para la definición de las planillas radica ante todo en la dinámica del propio proceso electoral, de la forma como los candidatos lo han asumido, sus prioridades, sus estilos personales, el valor que se asignan entre sí y los intereses específicos de los afiliados en el proceso. Regeneración y la corriente que impulsa la candidatura de Heriberto Arias Suárez signamos un Acuerdo Político que establece las bases de su convergencia, el cual reproduciremos; no sabemos las bases que sustentan a otros.
Culiacán, Sinaloa, 04.02.08
Atrturo Zavala Zavala
lunes, 4 de febrero de 2008
CONGRUNCIA EN EL PRD
Publicado por ARTURO en 7:42
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